La segunda charla de la Coordinación Psicoeducativa del año trajo hasta nuestro colegio al autor del libro “Si todo es Bulliyng, nada es Bullying”, un fenómeno recurrente al interior de los establecimientos educacionales, por eso se explica la presencia de profesores, psicólogos y directores de otros colegios de la ciudad.

El profesional analizó este fenómeno, definiendo primero los ejes del Ser Humano y de dónde (qué parte del cerebro) cuándo (a qué edad) y por qué (ser humano concebido para el otro y por tanto responsable de todos, ante todo, pero yo, antes que todos) se genera la violencia.

Desde esa definición Ética Canals profundizó sobre algunas temáticas que rodean el bullying centrándose en aclarar lo mejor posible la manera como manejar un caso de bullying o acoso escolar, cómo ayudar a aquellos alumnos que son agredidos o agresores, cómo y quiénes deben asumir un rol protagónico para controlarlo, y muchas otras interrogantes que rodean a este flagelo que diariamente remece el ámbito escolar.

Uno de los puntos enfatizados por el doctor Canals, dice relación con la definición de lo que se entiende por bullying o acoso escolar. De esta forma explicó que las agresiones de este tipo son grupales y públicas hacia una persona. El bullying implica un maltrato sistemático y repetido, a un compañero que es más débil o que está indefenso en la comunidad educativa. “El que acosa puede tener una autoestima baja, y utiliza al grupo para resolver su necesidad y su patología. Esta actitud, paradójicamente, le otorga prestigio y popularidad frente al resto del grupo, que generalmente calla o se suma a la burla y al hostigamiento constante”, señaló el especialista.

Agregó que el silencio cómplice “todos saben, pero nadie se atreve a denunciarlo” se produce porque hay una fascinación del poder (del victimario) y desprecio al más débil (víctima).

Sobre la manera de cómo abordar el acoso y la violencia al interior del colegio, el especialista señaló, “este tema debe enfrentarse con una política preventiva, que involucre a la comunidad escolar completa. Primero hay que realizar un diagnóstico, detectando a los niños de riesgo (agresores) y a los que sufren actualmente el problema (agredidos). En este sentido, es fundamental que los compañeros rompan el círculo del silencio cómplice”.

Para ello presentó dos teorías de tratamiento una propuesta por el autor del concepto el noruego Dan Olweus y la segunda, más efectiva y cercana a su propuesta de Conferencia sobre la Educación para la Paz.

Al final hizo hincapié en el desarrollo moral de las personas: “los seres tenemos que buscar la manera de hacer el bien al otro porque está en juego nuestra propia sobre vivencia”. Palabras al cierre y para reflexionar.

Al finalizar, el rector Pedro Díaz Cuevas le hizo entrega de un recuerdo de su visita al Instituto Chacabuco.