En esta celebración de los cien años de presencia se hizo especial hincapié en los hermanos, su figura, esfuerzo, semilla, carisma y misión para lograr lo conseguido por la Congregación en Chile y varias fueron las instancias donde se destacó su importante rol.

Las medallas se entregaron a todos los hermanos que alguna vez estuvieron en el Instituto Chacabuco y considerando el delicado estado de salud de algunos de ellos, una delegación integrada por representantes de todos los estamentos colegiales viajó hasta Sotero Sanz para realizar una intima y sencilla ceremonia.

El recibimiento fue muy afectuoso de parte del encargado de la comunidad, Hno. Abel Pérez, y de los hermanos que se encuentran más activos, en el lugar se compartió, conversó e incluso se cantó muy animadamente. Lo que representó un significativo momento.

Luego de ello, se hizo entrega de las medallas a los siguientes hermanos:
Máximo del Pozo Hernández, Perfecto Sánchez Antolín, Sixto Fernández Gil, Elías Quijano Porro y Agustín Fernández Santos.

Una experiencia enriquecedora para todos quienes estuvieron allí, compartiendo con hermanos que entregaron su vida a la misión de evangelizar y educar a niños y jóvenes.