La mañana del jueves 10 de abril se inició de manera distinta para los alumnos y alumnas de Enseñanza Media. A las 8, 00 hrs. se dirigieron al Salón Hermano Fernando de la Fuente los jóvenes de 3° y 4° Medio, una hora después lo harían los 1° y 2° Medios. El objetivo era asistir a un encuentro con al Padre Rodrigo Miranda, sacerdote de la Congregación Verbo Encarnado, que actualmente misiona en Medio Oriente, específicamente en Siria.

Este religioso es tío de alumnos del colegio, hermano de la apoderada Jéssica Miranda, integrante del grupo mamás del Rosario. Gracias a este ligazón con el colegio, el Padre Ricardo quiso compartir con los estudiantes del Instituto Chacabuco su experiencia como misionero en Siria, país que desde hace un par de años está sumido en una cruenta guerra civil. El sacerdote se encuentra de visita en Chile, debiendo retornar a Medio Oriente el próximo mes de mayo para continuar su misión en la ciudad de Aleppo donde reside hace tres años.

A través de un testimonio vivencial, sentido y responsable compartió con los jóvenes la profunda preocupación por la actual situación de Siria, recordando a partir de su historia su vínculo con los orígenes del cristianismo, especialmente en lo concerniente al apóstol Pablo. Su exposición fue apoyada por imágenes impactantes que sirvieron de ilustración para confrontar la realidad anterior del país y lo que hoy sufre como consecuencia de los enfrentamientos de diferentes facciones. Muchas de las fotografía expuestas fueron tomados por el mismo, fotos donde se ve claramente la devastación de la guerra: edificios en llamas, construcciones destruidas, personas huyendo y niños en peligro.

Su mensaje fue centrándose paulatinamente en el significado de la fe y de la presencia de los cristianos en medio de este conflicto, reconociendo que la inestable situación sólo puede revertirse con la esperanza puesta en la bondad del ser humano y en el poder de la oración. De hecho, pidió a los jóvenes presentes que una vez al día recen un Ave María por él y por la misión que otros religiosos realizan en esos lugares asolados por la guerra.

Sin duda, la presencia de este joven sacerdote chileno nos permitió evaluar los reales alcances de la guerra en Siria y también permitió que nuestros alumnos y alumnas fueran consientes de la bendición que significa vivir en paz.

Cabe destacar que en la ciudad de Aleppo hay también presencia marista con una comunidad llamada Maristas Azules de Aleppo, quienes están trabajando mayoritariamente con niños desplazados producto de la guerra.