Con la Eucaristía del día domingo 01 de junio, presidida por nuestro Capellán Padre Alberto Requenez, el colegio inició oficialmente la conmemoración de la Semana Champagnat 2014. Fecha significativa en el ámbito marista por cuanto sirve de marco al recuerdo anual de la Pascua de San Marcelino acaecida un 06 de junio del año 1840.
Una vez más, el Gimnasio N° 1 se convirtió en un templo donde la familia marista de Los Andes se reunió para agradecer a Dios por el legado del padre Fundador, cuyo sueño era extender el mensaje de los Hermanos a todas las diócesis del mundo. A 174 años de su partida, su carisma perdura a través de la acción evangelizadora de hermanos y laicos en las obras que se ubican en todos los continentes, y cuya semilla en Chile se diseminó a partir de Los Andes en 1911.
Las Ofrendas escogidas para esta ocasión estuvieron relacionadas directamente con la labor educativa y evangelizador del Instituto Chacabuco. Pequeños niños ofrendaron violetas que simbolizan la modestia, humildad y sencillez, valores siempre presentes en la espiritualidad de Marcelino. Representantes de los educadores y de los apoderados ofrendaron el documento de la Planificación Estratégica, signo del trabajo y los desafíos actuales y futuros. Representantes de los movimientos EMI- GAMA – MARCHA – CATEQUESIS presentaron ante el altar el lema “Maristas nuevos en Misión” teniendo presente la II asamblea Internacional de la misión Marista. Integrantes del CODI ofrendaron el pan y el vino.
El Padre Alberto enfatizó en su Homilía el valor formativo de la familia y el rol de un colegio de Iglesia, como agente activo de la evangelización en tiempos difíciles. En los momentos finales, en un acto sencillo de envío, recibieron una bendición especial alumnos, apoderados y educadores que integran los grupos cuyos proyectos solidarios fueron financiados por la Fundación Gesta.
La comunidad marista andina participó afectivamente en la Misa dominical, recordando a hermanos y laicos que estuvieron relacionados con el colegio, orando por el futuro de la Congregación y la Iglesia, y dando gracias a Dios por los niños y jóvenes buscan transformarse en buenos cristianos y virtuosos ciudadanos.