La nueva presidenta del Centro de Padres asumió luego de un año de gestión de don Luis Rosende, ya que en las elecciones pasadas, ambos obtuvieron un empate y decidieron alternarse en el cargo. La ceremonia de cambio de mando se realizó el viernes 04 de mayo a las 19 horas en el salón Andrés Adventinus. En esa oportunidad el presidente saliente informó de su gestión, mientras que Claudia Carroza presentó su plan de trabajo. Entre los objetivos principales que destacan en este plan son: desarrollar un equipo de trabajo que continúe fortaleciendo la relación del centro con los demás padres y apoderados. Elaborar un plan de trabajo a largo plazo, de aquí al 2010. Profundizar la preocupación por los apoderados, sobretodo por los que están pasando por un mal momento ya sea personal o familiar y por último estrechar la relación con el colegio y los hermanos. “Este es un gran desafío”

Pero para Claudia tomar esta responsabilidad no fue tan fácil, si bien reconoce que es un gran desafío, que la llena de orgullo por el hecho de aportar nuevos proyectos e ideas que van en beneficio de los padres, de los alumnos y del mismo colegio, lo asume con ciertos temores. “Lo mío siempre ha sido la solidaridad, el bajo perfil y el trabajo en silencio”. Importantes acciones

La nueva presidenta se propuso acciones y plazos, el primero fue presentar su plan de trabajo y la implementación de la oficina, ambos ya cumplidos. Y para el futuro se encuentra desarrollar el mejoramiento del área de convivencia del Estadio Marista y fortalecer el compromiso en la educación de los hijos, haciendo charlas de orientación en complemento con el plan formativo del colegio. Sentir apoyo

Respecto a sentir algún menoscabo por el hecho de ser la primera mujer desempeñándose en este cargo, Claudia ni siquiera se preocupa por ello, “no se me pasa por la cabeza, lo que quiero es trabajar” y por el contrario siente mucho apoyo de su directorio. Hasta abril de 2008 se extenderá la gestión de Carroza, a la cual quiere dar un sello especial, el de la humildad, sencillez y solidaridad, como nos ha enseñado nuestro fundador San Marcelino Champagnat.