Estimadas Familias del Instituto, Queridos y queridas estudiantes:

Tras un año que finaliza con muchas interrogantes y otro que comienza posiblemente con más preguntas, pero sobre todo con importantes desafíos, es que les doy la bienvenida al Instituto Chacabuco, Colegio Marista de Los Andes.

Para nuestro colegio, siempre ha sido fundamental que los y las estudiantes desarrollen no solo sus habilidades intelectuales, sino también sus habilidades sociales y emocionales, y más que nunca, su vida espiritual. Por lo mismo, cobra tanto sentido hoy el sueño de Champagnat, de educar a niños, niñas y jóvenes, como “buenos cristianos y buenos ciudadanos”.

El respeto por el prójimo y por su diversidad, el trabajo colaborativo y en equipo, la tolerancia, el pensamiento del bien común por sobre el interés personal, el discernimiento, el amor al trabajo bien hecho por sí mismo, la búsqueda de la justicia y la equidad, la cultura del buen trato, la inclusión, la innovación, la creatividad, la diversidad pedagógica, no podrán ser palabras vacías, sino vocablos que deben ser vitales en la relación con otros, y de carácter imperativo en nuestras aulas maristas. ¡Buenos cristianos y buenos ciudadanos!

Quiero solicitar a cada una de nuestras familias, que nos ayuden en esta tarea; la formación en valores debe ser promovida por todos los agentes educativos, fundamentalmente por ustedes, familia; hoy vemos que nuestros niños, niñas y jóvenes tienen demasiados distractores externos y pareciera que a veces perdemos la batalla en la cuestión educativa; pero no es así, lo importante es que no decaigamos en esta labor y que perseveremos, pues sabemos que ser hombres y mujeres que viven “el Evangelio de Jesús”, finalmente nos conduce a ser seres humanos plenos, felices y trascendentes.

Nuestras últimas experiencias como sociedad, nos han dejado grandes lecciones, ojalá para todos aprendidas; estamos ciertos de que nuestro país se transformó y con ello también muchas formas de relacionarnos. Hoy más que nunca el respeto a la individualidad y a la diferencia es fundamental en las relaciones interpersonales. Dejar viejos conceptos de autoridad y ser verdaderos líderes, transversales, ecuánimes, imparciales, exige a los docentes cambiar también nuestra forma de relacionarnos con ustedes, queridos estudiantes.
Espero, por lo tanto, que las relaciones dentro de las aulas por fin hayan dado el salto cualitativo tan necesario para su modernización. Y este salto requiere de una aventura entre ustedes, como estudiantes y también en nuestro rol como docentes.

Las interrelaciones en el aula, deberán ser más horizontales y dinámicas, y estar basadas en el respeto a la persona y no a su función.

Esperemos que también desaparezca la segregación que muchas veces se origina en la clase, lo que produce soledad o rechazo, o problemas de convivencia fácilmente evitables, si tenemos una mirada más equitativa y justa de quienes son nuestros compañeros y compañeras, nuestro prójimo.

Rezaré a San Marcelino y a la Buena Madre, especialmente por cada uno de nuestros y nuestras estudiantes y sus familias, para que sean felices en su colegio, para que se desarrollen en plenitud, para que vivan sus experiencias pedagógicas en profundidad y para que siempre sean los mejores aprendices, lo que hace también grandes a sus maestros.

Jessica Torres Clark
Rectora