La iniciativa surge a raíz de estar viviendo el Año de la Espiritualidad, que este año anima a la Congregación y su principal propósito fue darle al volantín un sentido de acercamiento a Dios, que los niños lo pensaran como un mensaje que se encaminaba hacia los cielos, dando un énfasis en el contacto con lo celestial. Ese día, alumnos, profesores tutores, la profesora de religión del ciclo y apoderados disfrutaron de un maravilloso día primaveral, sin duda un regalo de Dios. Muchos de los estudiantes confeccionaron con sus propias manos sus volantines, aportando un toque de creatividad, así como arreglaron los diseños ya existentes, en una especie de “enchulamiento”, como dicen ellos. Una actividad que unió el sentido espiritual, cuyo objetivo se cumplió y el aspecto lúdico, dado por la entretención.