El pasado viernes 16 de octubre fue muy especial para un
grupo importante de alumnos y apoderados. Llegaban al
Instituto Chacabuco los 56 alumnos y alumnas de tercero
medio desde Campo de Ahumada y Los Chacayes, comuna de
San Esteban, donde se desarrolló la cuarta Experiencia
Rural.
Cargados de vivencias enriquecedoras se
reencontraron con sus familias tras una ausencia de
cinco días en el campo, desconectados de toda tecnología
y comodidades ya que se internaron en ambas localidades
rurales para hacer trabajo comunitario, principalmente.
La particularidad de esta experiencia es que se quedan a
compartir con familias que los acogen, les proporcionan
alimentación y hospedaje a cambio de colaboración.
Este año, el equipo de Media Superior
centró su quehacer en la pintura exterior e interior de
la capilla de Los Chacayes Bajo, se electrificó la sede
de Primera Quebrada y se puso cielo a la capilla de los
Chacayes Alto. Labores que los alumnos del colegio
desconocían y que por ende les costó un poco realizar,
aunque superaron la prueba.
Además de esta labor comunitaria hicieron otros
quehaceres que tienen que ver con la vida rural. Para
eso se levantaban temprano a ordeñar cabras y vacas,
desmalezar el campo, regar la tierra, construir acercas,
entre otras actividades, pero sin duda, lo que más les
gustó fue ayudar hacer pan amasado y queso de cabra.
Más que trabajo y hacer cosas, lo principal
de esta semana de aprendizaje fueron las enseñanzas que
quedaron y que dejaron una huella para el resto de la
vida, por eso los testimonios coinciden en valorar a la
familia.
Eduardo Mena, compartió con una familia en Los Chacayes,
sector de Primera Quebrada y quien comenta a su llegada
que la experiencia fue bonita e enriquecedora ahora
valoro lo que tengo, lo que soy, son familias de mucho
esfuerzo y te transmitían eso.
De manera similar piensa Nancy Bustos,
quien estuvo en Campo de Ahumada, fue espectacular
compartir con la familia y sus hijos, además de valorar
a la tuya te invita a no quejarte por que te pueden
faltar cosas, uno se da cuenta que las personas son
felices por lo que son, no por lo que tienen.
El caso de José Cornejo fue distinto ya que compartió
con un anciano de 82 años, quien vivía completamente
solo. Se levantaba a las cinco de la mañana, tenía una
vitalidad increíble, aunque era un poco terco porque no
me dejaba ayudarlo en algunas labores. Fue una
experiencia que cambió mi vida.
Durante esa semana la orientadora de Media
Inicial , Andrea Castillo realizó en el sector un taller
de comunicación en la familia, en el marco de un
proyecto denominado mejoramiento de la infancia,
mientras que la psicóloga Sylvia Allen hizo una charla
sobre trabajo comunitario en la JJ.VV. de los Chacayes
alto.
Una actividad que dejó muy contentos a todos, por la
experiencia ganada y que se tradujo en una buena
recepción de las autoridades del colegio y los padres
que los esperaban ansiosos tras días de ausencia.