La comunidad se reunió en torno a la celebración de la Eucaristía destacando a la Buena Madre por enseñarnos a ayudar, orientar y dar amor a los hijos.

“Una madre transforma su amor en palabras de apoyo, en gestos de cariño y en mil formas de comprensión”. “Una madre sabe abrazar, sabe acoger y acompañar regalando armonía, dulzura y felicidad, una madre sabe levantar al hijo caído, en darle esperanzas y es capaz de guiarle por el camino del bien, de la bondad y de la verdad.”

Una madre siempre está atenta, escucha, orienta, comunica, corrige, con sencillez y cariño infinito siempre vela por el bienestar de su más preciado tesoro, sus hijos e hijas”, fue en parte las palabras de la motivación inicial.

La eucaristía de celebración de las madres fue presidida por el padre Alberto Requier que recibió en el altar las ofrendas de la imagen de la buena madre, un ramo de flores que simbolizaba la gratitud hacia las madres de parte de sus hijos, asimismo se ofrendaron cartas escritas por niños agradeciéndoles la vida, la entrega, las preocupaciones y desvelos.