El Equipo Pastoral del colegio, encabezado por nuestro capellán padre Humberto Henríquez, se llenó de regocijo al compartir con sus alumnos, niños y jóvenes, la buena nueva de salvación, que culmina el Domingo de Pascua con Jesús resucitado. Es por ello, que con ese amor, sus integrantes prepararon una hermosa celebración que cada sección vivió de acuerdo a sus intereses y necesidades. El día jueves Santo la sección de básica se dividió en tres para celebrar de acuerdo a su edad este acontecimiento. Fue así, que los párvulos en su patio recordaron “La última cena y la Muerte de Jesús” vistiendo atuendos a la usanza de aquella época. Los más pequeños con mucho recogimiento recordaron la muerte de Jesús y su permanencia en el Sepulcro, para el día lunes comprobar con cantos y alegría que Jesús había resucitado. Los alumnos de primeros y segundos básicos, vivieron “el lavado de pies “, “la última cena” y un “vía crucis” en el patio de la sección, mientras que los alumnos de tercero a sexto básico se trasladaron hasta el Estadio Marista para recordar por curso la última cena y el vía crucis. Finalizando este momento en el Rincón de la Paz en un momento que animó el Padre Humberto. La sección de básica quiso en esta oportunidad compartir con las apoderadas delegadas de pastoral como una forma de hacer extensivo su agradecimiento a quienes aportan de su tiempo para desarrollar tan linda labor, además se les informó que ellas están siendo invitadas a la organización de las misas de niveles junto al equipo de gestión de la sección. Por la tarde, toda la comunidad marista, estuvo invitada a la “Misa en la Cena del Señor”, en la parroquia de La Asunción, donde se evocó y se hizo presente la última cena de Jesús con sus discípulos antes de su Pasión. En la oportunidad y tal cual Jesús hizo con sus discípulos el Padre, procedió al Lavatorio de los pies: el camino de la comunión con Jesús.

El día lunes, la sección de primero a sexto básico celebró con globos y mucha alegría el milagro de la resurrección de Jesús compartiendo además unos exquisitos chocolates que cada directiva preparó para su curso. Frente a este emotivo acontecimiento el Hno. Sean Sammon, Superior General, escribió, en su mensaje Pascual:
“Sí, la fiesta de Pascua es un desafío para nuestras creencias. Sigue diciendo que amemos a nuestros enemigos, que reparemos los daños hechos a los pobres, que no hagamos la vista gorda ante el sufrimiento, que no explotemos a los más débiles. Sí, la fiesta de Pascua puede ser un peso porque es inequívoca en su mensaje: la venida de Jesús cambió nuestro mundo, trajo consigo una Buena Nueva desconocida hasta entonces. La fiesta de Pascua exige que le respondamos en consecuencia”.